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Puerto Carreño: una joya en el Orinoco

  • Kasedna Travel
  • 6 sept 2017
  • 3 Min. de lectura

Llegue al aeropuerto de Puerto Carreño directamente al punto de información para que me asesorarán sobre lo que podía conocer allí. Me mostraron un plegable para contarme todo. Le expliqué que estaba de afán y le solicité la lista de las agencias de turismo. Desde el hotel empecé a llamar: si vas solo a Puerto Carreño los tours se te pueden convertir en algo costoso pero si vas en grupo los costos se reducen sustancialmente. En Puerto Carreño confluyen los ríos Orinoco y Meta, lo que hace de este un lugar una joya, dado que se puede ver el cambio de color cuando se unen. Cerca está el Parque Nacional El Tuparro "extensa sabana verde surcada por grandes ríos con potentes raudales y playas doradas, pequeños caños de aguas cristalinas, bosques de galería, morichales y saladillales, además de enormes rocas cristalinas en forma de cerros redondeados. Aquí se calcula la presencia de más de 320 especies de aves, muchas de ellas acuáticas". Otro de los maravillosos parques que tenemos y que pocos conocen. Después de preguntar y por fin acordar un precio me fui de tour todo el día. Pasó algo gracioso: tenía mi cita a las 8 am para tomar mi embarcación. Llegue antes y me dispuse a esperar, cuando miré la hora faltaban 10 minutos para las 9. Me angustié mucho pensando que me habían dejado, cuando le pregunté a alguien me dijo que se me había cambiado la hora por la de Venezuela. Todo tomó sentido, estaba en la frontera entre los dos países y el internet captó la hora de allí pero a la final llego el barquero y pudimos salir a las ocho como habíamos quedado y pude descansar. Comenzamos viendo la unión de los dos ríos como lo escribí ahora algo maravilloso poder ver una franja entre uno y el otro observando cuando llega el potente río Meta a convertirse parte del Orinoco, luego nos dispusimos a subir río arriba. En el camino observamos conformaciones rocosas magníficas que parecían estancadas en el tiempo sin poder explicarse cómo podían estar allí sin que la fuerza del río Orinoco se las llevara.

Nuestra primera parada fue en Peñas Negras una piedra en forma de isla en medio del río donde encontré un par de paisas con sus anzuelos tratando de tomar el pez más grande de las entrañas del río algo común porque viene uno que otro turista ha hacer pesca deportiva. De allí llegamos a nuestro punto más lejos, la Reserva Natural Santa Elena en la cual pudimos observar delfines rosados, un grupo de nutrias o como los llaman acá perros de río.Ellos estaban jugando mientras nos dispusimos a pescar logrando sacar 9 diferentes especies del río entre ellas un par de pirañas. Al medio día descendimos y la primera parada de regreso fue en la Reserva Natural Ventanas una conformación rocosa que por la presión del agua por miles de años ha formado unos orificios en ellas, convirtiéndolas en piscinas para los turistas que pasan por ahí. Luego casi cerca a Puerto Carreño tomamos un afluente del Orinoco, el río Vita y nos adentramos en el para parar en una de sus bellas playas de tierra amarilla para tomar un refrescante baño y disfrutar de los peces que pescamos asados artesanalmente en un fogata. Regresamos a Puerto Carreño después de un bello día de aventuras y paisajes sorprendentes que te dejan sin aliento.


 
 
 

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